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CUANDO LOS SONIDOS ENFERMAN

By 24 Septiembre, 2024 No Comments
Cómo la contaminación acústica afecta nuestra salud.

La lista de condiciones externas que nos ayudan a vivir en bienestar es significativamente alta y, a menudo, a varias de ellas las pasamos por alto poniendo en riesgo nuestra salud. Una de estas condiciones es evitar la exposición prolongada a sonidos de intensidad excesiva. Se ha comprobado que dicha exposición excesiva provoca disturbios del sueño nocturno, dificultad de concentración, irritabilidad, cambios de humor, ansiedad y cefaleas, entre otras molestias. En aquellas personas que viven en lugares con alta concentración de tráfico la tasa de depresión es más alta que la media y el rendimiento académico de los niños es significativamente más bajo comparado con el de alumnos de escuelas ubicadas en lugares con baja contaminación acústica. Investigaciones recientes muestran que un aumento de 5 decibeles en el ruido del tráfico incrementa los niveles de glicemia y el riesgo de diabetes. El oído posee la capacidad de reponerse en 24 a 48 horas de un trauma acústico agudo, pero muchas situaciones de riesgo son crónicas.

Si bien en el ámbito laboral se han establecido normas estrictas respecto a la contaminación acústica, existen decenas de situaciones que son amenazas para el delicado órgano de la audición.

¿Quiénes están en mayor riesgo?

¿Qué ocurre en quienes asisten habitualmente a discotecas donde reina un ruido superior a los 85 decibeles? ¿Y en quienes pasan horas escuchando música a alto volumen a través de sus audífonos? ¿Quienes se ven en mayor riesgo? ¿Los músicos de una banda de rock o quienes interpretan música clásica? ¿Es el mismo riesgo para un baterista que para un saxofonista? ¿para un flautista que para un violinista? Todo depende de la altura del sonido: las notas más altas, vale decir, de mayor frecuencia, que son las agudas, revisten mayor peligro para el oído. Habrá que exculpar entonces a la batería, que emite notas más bajas.

Reflexión final

La contaminación acústica es un problema serio que a menudo pasa desapercibido. Para cuidar nuestra salud auditiva y mental, es fundamental prestar atención a nuestro entorno sonoro y tomar medidas para reducir la exposición a ruidos perjudiciales. Ya sea ajustando el volumen de nuestros dispositivos o buscando espacios más tranquilos, pequeños cambios pueden tener un gran impacto en nuestro bienestar general. ¡Cuidemos nuestros oídos y nuestra salud!

https://www.who.int/es/news/item/02-03-2022-who-releases-new-standard-to-tackle-rising-threat-of-hearing-loss

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